El arrasador triunfo de Maximiliano Pullaro en Santa Fe envalentona a Juntos por el Cambio y Patricia Bullrich en su cruzada para llegar al ballotage en octubre, encendió las alarmas en el oficialismo y coloca a Javier Milei, quien no bendijo a ningún candidato a gobernador propio, en un lugar de espectador indiferente.

Está claro que en el resultado de las elecciones santafecinas no hubo reflejo alguno de lo ocurrido hace cuatro semanas en el plano nacional, en las que el líder libertario arrasó en buena parte de las provincias, incluida Santa Fe. Esto obedece, en buena parte, a la decisión de los oficialismos provinciales de desacoplar las elecciones en sus territorios de los comicios nacionales.

Aunque la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, intente capitalizar el triunfo de Pullaro, el impacto nacional de los comicios de Santa Fe es por ahora incierto y dudoso. Igualmente, la postulante opositora focalizará buena parte de sus recorridas de campaña en este distrito, el tercero en magnitud electoral del país, con la ilusión de recortar distancias del libertario.

El resultado de las elecciones santafecinas, aunque era previsible, significa un golpe durísimo para Unión por la Patria. No solo se impuso Pullaro a la gobernación; también Pablo Javkin retuvo la intendencia de Rosario, la ciudad más grande de la provincia y la más castigada por el flagelo del narcodelito. Pero el golpe de gracia lo da la socialista Clara García quien, con su triunfo en las elecciones legislativas, que le dará a la alianza triunfadora el control de la Cámara baja.

Para la campaña presidencial del oficialismo y, sobre todo, para Sergio Massa, la derrota de Unión por la Patria en el territorio santafecino y, particularmente, el mal desempeño del gobernador Omar Perotti, quien cayó derrotado frente a García, se anticipa como un augurio poco halagüeño.
Aunque su compañero de fórmula, Agustín Rossi, sea de origen santafecino, el ministro de Economía no tiene esperanzas de remontar la caída en este distrito. El oficialismo cosechó su siembra: Santa Fe ha sido una de las provincias que menos asistencia financiera y recursos ha recibido del Estado nacional en los últimos cuatro años, durante la gestión de Fernández.

Lo ocurrido en Santa Fe llega justo cuando el ministro-candidato ha decidido quemar las naves y jugarse los pocos recursos que le quedan al Tesoro para tratar de sostener su candidatura. Habrá que ver si le resulta suficiente para revertir la situación. Hoy el rival directo de los postulantes de Unión por la Patria es Juntos por el Cambio: ambos pelean el ascenso para llegar al balotaJe.

Juntos por el Cambio salió fortalecido de Santa Fe y utilizará este triunfo como un envión anímico para llegar mejor parado a octubre. Por su parte, el oficialismo buscará compensar con una remontada en el Norte, donde apuesta a recuperar un millón de votos respecto de las PASO. La pelea por el descenso se anticipa dramática frente a un avance libertario que, hoy por hoy, se muestra a prueba de balas.

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