La movilidad no alcanza: cuánto perderán los jubilados, con o sin bono
Por la inflación galopante, el poder adquisitivo de las jubilaciones cae a picada. Por qué los pasivos cobran ahora, en términos reales, menos que en 2019 y 2015, a pesar de la ley de movilidad jubilatoria.
“Si se estima una inflación mensual del 10% en agosto y septiembre, el haber mínimo jubilatorio se reduciría en septiembre 11,3% interanual, alcanzando un valor real casi 20% inferior al de diciembre de 2019 y 33,1% menor al del mismo mes de 2015”, reconoce CIFRA.
Como la movilidad se extiende hasta noviembre, si agregamos la inflación de octubre y noviembre, la pérdida interanual puede rondar más del 20% y alrededor del 50% en relación a diciembre 2015.
De todos modos, en apenas dos semanas, el Gobierno tuvo que reemplazar el anuncio del bono de 27.000 pesos para los jubilados de haberes mínimos por otro de 37.000 pesos. Y como también el bono se extiende hasta noviembre, nadie puede descontar que se necesite un bono adicional antes de diciembre, si la inflación se dispara por encima del 10/12% mensual, como seguramente va a ocurrir.
CIFRA dice que “con el bono de 37.000 pesos, el haber mínimo no solo sería en septiembre 8,7% superior al mismo mes del año anterior, sino 14% más alto que al nivel de diciembre de 2019”.
Pero en octubre y noviembre, la inflación se “comería” por completo el bono y la jubilación mínima más el bono se ubicaría bien por detrás del ingreso de un año atrás y de los años anteriores.

La jubilación mínima más el bono comprende a 5,1 millones de jubilados y pensionados. Y se agrega el aumento –que va de 4.056 a 18.000 pesos– el reintegro a los jubilados que cobran hasta tres haberes mínimos por las compras pagadas con tarjetas vinculadas a las cuentas bancarias en las que reciben sus haberes en determinados comercios y supermercados.
En tanto, los que no cobran el bono –más de dos millones de jubilados y pensionados– absorben la pérdida completa ante la inflación que podría significar una caída de más del 20% en apenas 11 meses.
Con relación a septiembre de 2017, entre lo perdido con Mauricio Macri y Alberto Fernández, el deterioro de estos más de dos millones de jubilados y pensionados podría rondar el 50%. Para el resto el deterioro, incluyendo el bono, sería del 25%.
La fórmula de movilidad –que combina los salarios con la recaudación tributaria que va a la Seguridad Social– no tiene una cláusula de garantía o compensación automática frente a la inflación. Y los bonos solo los reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.
Además, esos bonos no se integran al haber. Solo compensan a un sector de jubilados una parte del alza de precios del mes o meses en que se cobran, pero al mes o meses siguientes el ingreso total del jubilado vuelve al nivel pre-bono y se requiere que se otorguen nuevos bonos que pasan a ser más frecuentes.
Por otro lado, los bonos no se toman en cuenta para los futuros incrementos de los haberes ni para el cálculo del aguinaldo. De esta manera, la pérdida jubilatoria continua “de por vida”.